Offset: Mientras Las Máquinas Imprimían, Me Senté a Escucharlas 

Octubre 2021
Impronta Casa Editora.
Guadalajara.


La fricción que detiene la maquinaria

Las máquinas no paran. Día y noche, alrededor de todo el mundo, las máquinas sostienen la producción vertiginosa que satisface el hiperconsumo de nuestras vidas. Mantienen un cuidadoso e imparable ritmo que se repite una y otra vez. ¿Qué sucedería si este flujo de producción se ve trastocado? Llevar la máquina en dirección al accidente, a la contingencia y a la eventualidad
Precisamente es en este accidente que se centra la exposición Offset: mientras las máquinas imprimían, me senté a escucharlas (2021) de Ana Paula Santana. Cada pieza es una exploración en el proceso de impresión de offset desde un acercamiento experimental, utilizando diversas herramientas de la tradición de la producción gráfica, llevándolas a sus límites.

Dentro del espacio expositivo observamos rastros de los diferentes momentos que componen la producción impresa:
un cuentahílos puesto en un pedestal un cuentahílos, por lo tanto, vuelto escultura, al pie de unos dibujos de la roseta que se forma al mirar detenidamente la trama de la selección de color; el uso de la cinta adhesiva roja Rubylith usada durante el revelado de las placas de offset como una gráfica del rango auditivo de los sonidos de una imprenta. Encontramos también la merma usada como un tejido que forma petates y nos transporta hacia el final del proceso de impresión, donde este material es desechado o llevado a reciclaje.

Además, la presencia del sonido resulta muy importante. La instalación de una pieza sonora donde la interacción del espectador es indispensable, pues dependiendo del orden en el que decide tocar las partes de imprenta como si se tratara de las teclas de un piano es que se revelan los diversos sonidos. A su vez, los pendones que caen del techo juegan con la idea de la partitura. Sin embargo, se trata aquí de reventar los límites del canon del sonido. Al trabajar el papel de arroz directo a rodillo, es posible observar los pliegues y vetas del material. El accidente se vuelve evidente y parte central de la pieza.

Es notorio, dentro del universo de la máquina, del offset y de la herramienta que componen la exhibición, la presencia de varios motivos botánicos. Las placas de offset, sensibles a la luz, fueron dejadas a merced del campo, a los pies de un árbol. Son el resultado del encontrón entre naturaleza y máquina, minimizando la mediación del artista: el autorretrato de un árbol.

De esta manera, el trabajo de Ana Paula Santana puede ser leído –parafraseando a Thoreau– como la fricción que detiene la maquinaria. La ruptura en el flujo de producción de la imprenta que nos permite explorar en otras direcciones nuestra relación con la maquila: en lugar de simplemente producir, contemplamos y escuchamos de forma atenta a las máquinas. ¿Qué sucedería si estas máquinas paran, si su constante ritmo se transforma y se desliza del orden repetitivo al caos? Quizá, cada pieza de esta exposición, sea una respuesta a cada una de esas preguntas.



Offset: While Machines Were Printing, I Sat To Listen To Them

October 2021
Impronta Casa Editora.
Guadalajara.

The friction that stops the machinery

The machines don't stop. Day and night, around the world, machines sustain the breakneck production that feeds the hyper-consumption of our lives. They maintain a careful and unstoppable rhythm that is repeated over and over again. What would happen if this production flow is disrupted? Take the machine in the direction of the accident, the contingency and the eventualityIt is precisely this accident that the exhibition Offset focuses on: while the machines were printing, I sat down to listen to them (2021) by Ana Paula Santana. Each piece is an exploration of the offset printing process from an experimental approach, using various tools from the graphic production tradition, taking them to their limits.

Inside the exhibition space we observe traces of the different moments that make up printed production: a thread-counter placed on a pedestal a thread-counter, therefore, turned into a sculpture, at the foot of some drawings of the rosette that is formed when looking closely at the weft of the Colour selection; the use of the red Rubylith adhesive tape used during the development of offset plates as a graph of the auditory range of sounds in a printing press. We also find the waste used as a fabric that forms mats and transports us to the end of the printing process, where this material is discarded or taken to recycling.

In addition, the presence of sound is very important. The installation of a sound piece where the spectator's interaction is essential, because depending on the order in which he decides to play the printed parts as if they were the keys of a piano, the various sounds are revealed. In turn, the banners that fall from the ceiling play with the idea of the score. However, it is about breaking the limits of the sound canon here. When working the rice paper directly with a roller, it is possible to observe the folds and veins of the material. The accident becomes evident and a central part of the piece.

It is notorious, within the universe of the machine, the offset and the tool that make up the exhibition, the presence of various botanical motifs. The offset plates, sensitive to light, were left at the mercy of the field, at the foot of a tree. They are the result of the encounter between nature and machine, minimizing the artist's mediation: the self-portrait of a tree.

In this way, the work of Ana Paula Santana can be read –paraphrasing Thoreau– as the friction that stops the machinery. The break in the production flow of the printing press that allows us to explore our relationship with the maquila in other directions: instead of simply producing, we contemplate and listen attentively to the machines. What would happen if these machines stopped, if their constant rhythm was transformed and slipped from repetitive order to chaos? Perhaps each piece in this exhibition is an answer to each of those questions.